He aquí un alma viva, un alma que no cree en el amor, esa definición de palabras y conceptos, que algunas personas relacionan con Dios. Esa mezcla de letras, que se intercambian con pasión, mezclando sentimientos en un cóctel lleno de física y atracción.
Pero yo a veces me pregunto ¿Qué es realmente el amor? ¿es verdad que existe o no?
Me he afirmado múltiples veces, que ese sentimiento era existente, que lo he sentido y vivido en algún presente. Pero hoy me pregunto, ¿era real? Creo que era una ceguera, que me revolvía la cabeza, mezclando ideas y creando proyectos, para realizarlos para alguien, a quien yo decía sentir muy dentro.
Pero hoy apuesto por la vida solitaria, con pasión a mis deseos, con anhelos aplicados otros cuentos, donde no mezclo la pasión, pero donde si que pongo pasión con mi corazón, donde avivo el alma y afloran ideas que calman las ansias de vivir una aventura, en el destino, en la vida, aunque la luz no este a oscuras, mientras paseo por las dunas.
La luna esta presente, en los conceptos que hay en mi mente, pero ella no me da explicación, ni razón ni lo niega. Mi cordura dura aunque ella no brille, dura cuando esta a oscuras, cuando se luce y cuando se esconde.
Las nubes me mienten, me afirman y desmientes, lo que afirmo en el presente, me interrogan y dialogan entre ellas, para intentar darme una teoría que yo estime apreciadora.
Las estrellas me inspiran, brillan aun estando oscuras, son las diosas y las ninfas, de un busque encantado al que llamamos universo, algo que intuimos que es infinito, pero que para ellas es exhaustivo. Ellas me hablan por hablar, me miran y ya está, no necesitan palabras para explicar la formula de una parábola, la describen con mil formas, que luego ellas mismas deforman, para poder dar lugar, a otra vil originalidad.
La arena me acompaña tras los pasos que reparto creando formas con mi calzado, calzado que resiste, el camino que voy trazando, sin pisar las aguas cuyo sonido me hipnotiza y me transporta hacia un lugar donde invento sin parar, donde preceden recuerdos e instantes que me enternecen, que me ayudan a seguir, para crear mas, para multiplicar, y elevar al infinito las ideas que ahora medito.
Y esas aguas, directas que vienen del mar, que me hacen temblar, llorar y pensar, en cuantos niveles cruzare mientras que ella fluye sin obligaciones, sino como un baile que aprendió por placer y del que vive, regalándonos su arte, su movimiento, su sonido y su olor sin condición, sin pedir nada a cambio, mas que el deleite que produce su labor.
Así es el conjunto de la vida que me rodea, que me cautiva y desespera, en el traspaso de los días, en la suma de los años que vivo y me apaño. Mas complejo es, pero describirlo todo imposible seria, pero poco a poco, iré agradeciendo, a todo el aire que respiro, por mantenerme junto a el, y sentir su roce aquí en mi piel. Y a cada elemento del conjunto, que me hace aflorar, todo lo oculto que hay en mí.
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