Menu Home

Laberinto inesperado. Difícil decidir.

La vida te lleva en algunas ocasiones a nuevos laberintos llenos de decisiones, de emociones.
Circunstancias que te llenan el alma, estremecen tu cuerpo y te hacen dudar.
Cerrar los ojos e imaginar, un paisaje nuevo con personas que han provocado ese escenario.

Resultado de imagen de laberinto

¡ay! ¿por qué?
¿Por qué justo en este momento en el que se cumplen tantas cosas?
¿Qué priorizo?
¿mi cabeza? ¿mi corazón? ¿mi razón? ¿el? ¿yo? ¿el?
¿acaso es tan solo un capricho?
¿es una prueba del destino?

Solo me pido un detalle, nada insignificante.
No te obsesiones.
No titubees.
Encuentra el porqué.
Y no busques razones,

¿He de aprovechar y utilizar éste sentimiento para enamorarme platónicamente y usar la inspiración para imaginar y crear un mundo de colores infinitos en un universo real donde hay menos colores?

¡ay! ¡qué difícil!

Uno los puntos hacia atrás y veo consciente el cómo he llegado hasta aquí,
Hay razones lógicas para sentirme así.
Algo que creía tan imposible,
Una persona que reúna cualidades que siempre identifiqué como necesarias,
están ahí,
palpables y no me hace falta imaginarlas
pero ¿qué mas hay detrás?
¿es mi mente que lo disfraza?
No sé con quien hablar,
Es como un secreto que no quiera confesar.
Ya que no lo quiero considerar real, para no lastimar,
para no cambiar lo que bien está,
pero lo es, está en mi corazón, en mi ser.
Hálleme aquí escribiendo para desahogar mi alma,
Como vomitar cuando algo te sienta mal, pero sin embargo esto sienta tan bien.
Estremece mi ser como hace años no lo experimenté.
¿Por qué apareciste? ¿Por qué?
Nadie mas que yo lo podrá saber…

Y otra vez, y otra vez me preguntaré,
¿Por que has aparecido?
¿Por qué tuviste que aparecer?
¿Por qué has de ser así?
¿Por que apareció usted?
¿Para qué apareciste?
¿Por qué has despertado éste sentimiento en mi?
Y así.
¿Por qué?
¿Me podrás responder?

No lo sé pero me gusta, y a la vez no lo considero justo.
Es como si estuviera recibiendo un regalo,  sin ser mi cumpleaños.

No es mío ¿o quizás si?
¿Lo he de aceptar?
¿He de ser consciente de los puntos y unirlos?
¿o mejor los ignoro y no me complico la realidad que vivo?

Maldita situación que me has generado un laberinto a cual tengo miedo de entrar.
Ni tan siquiera llamar.
Ni tan siquiera llamar al timbre.
Ya que no sé si debo.
¿Pero quiero?
¿Quiero descubrirlo?
Claro que sí…
¿Pero debo?
¿Debería descubrir si es fruto de mi imaginación?
¿Debería mirar de liberar y despejar la X d ésta ecuación?
¿O quizás tan solo debería ser la asintota que tantas veces sentí ser?

Laberinto de incertidumbres que me provocan decisiones.
Decisiones que presumo imaginarias.
Sin embargo inevitables.

Y ahí estás. Música. Con voz y ecuación.

Inesperada.

Como una lluvia en verano.
Donde te preguntas si quieres mojarte o no, para calmar el calor del sol.

Me traes juventud, deseo, inspiración y anhelo.
¿Es acaso eso bueno?
¿Debo creer que serás arcoíris tras una tormenta?
¿O quizás será un oasis en medio del desierto?

Explícamelo.
Por favor.
Dímelo.

o No.

Déjame disfrutarte.
Déjame deleitarme.

DY

Categories: confesiones

Tagged as:

Isabel Montse

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.