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and… si… ¿edad?¿tiempo?imaginación.

Vaya, ahora resulta que me diagnostican ansiedad ¿ansiedad?
¿es por la edad?
¿Es por el duelo?
¿o será que llevo años padeciendo y no es hasta ahora que se ha descontrolado y puedo al fin verlo?

A veces cierro los ojos e imagino un mundo paralelo, como estos que salen en las películas, un efecto mariposas de ¿que habría pasado si…?
…Si hubieras tomado otra decisión.
…Si te hubieras cruzado otra calle.
…Si hubieras decidido vestirte de otra manera un día determinado.

Mil cosas que te hacen pensar si todo esto es fruto de la imaginación, la sociedad, las malas o buenas decisiones, la comodidad de la vida… ¡son tantos los factores!

¿y sabes?
Mientras que mi mente loca se dispersa, me planteo las razones por las que el destino juega conmigo ¿o soy yo quien juega con el?
Anyway…

Me imagino con otra toma de decisiones, si esa segunda o tercera parte, jugara o jugase otras cartas ¿sería mejor?¿peor?¿seria simplemente diferente? Si, seria simplemente diferente.

La vida me otorgó muchos dones y virtudes, unos buenos y otros no tan buenos, no al menos para lo que se supone que una vida «buena» ha de ser.
Confieso que me falta constancia, foco… me despisto…
Confieso que la creatividad me arrebata mucho tiempo y me frustra el no poder desarrollar todo lo que me gustaría.
Es un asunto pendiente el jugar a los malabares con mis propósitos.

Mi creatividad tiene muchas ramas: la musica, el arte, el dibujo, el diseño, el amor, las historias… la imaginación.

Hasta en los sueños mi mente es capaz de crear escenarios, historias, personajes y guiones dignos de lo que podría ser un éxito en Hollywood, y todo sin presupuesto ninguno, oye…
soy afortunada por eso.
Veo películas exclusivas que mi mente crea solo para mi.

De hecho, soy muy afortunada por otras muchas cosas.

Porque aunque muchas circunstancias las pueda imaginar, y tan solo sean ciertas en algún rincón escondido de manera furtiva en mi imaginación.
En la vida real, como el autor que crea los personajes en un libro.
Como Unamuno hablaba con Augusto en su libro «niebla».

De una manera parecida pero más real aun, puedo disfrutar de tu voz, de tu olor, y de las conversaciones que alimentan mi imaginación.

Esta imaginación maldita que hace, que haces, que mi imaginación vuele.
Y que la vez hace, haces, que sienta cierta frustración por no poder probar sus creaciones y sentirlos de verdad.
En mi piel, en el aire que respiro… y en otros lugares que no debo nombrar.

Es como pasar por delante de una panadería con cruasanes y café recién hecho, y no poder entrar a probarlo, lo hueles, lo ves, te deleitas, pero no puede ser tuyo.
No debe ser tuyo,
No va a ser tuyo,
No será mío….
Con las palabras me lío.

Así es el tiempo, mi estrenado club de los 40.

Siento que me hago mayor que he perdido oportunidades, tantos «y si…»

Y mientras mi mente enloquece, mientras la ansiedad se apodera de mi, trabajo, lucho y batallo contra mis propios miedos, demonios, etc…
Permíteme que me alimente «un poquitín» de ti.
Sin pedirte permiso, te usaré como «musa» de vez en cuando, para que acaricies ésta «mierda» de realidad en la que me encuentro que no quiero estar, porque con ella no puedo lidiar.
Y es que no puedo pedirte permiso, así que, si algún día me descubres, haz de saber que prefiero pedir perdón que permiso.

Sé que no me leerás, y si lo haces quizás no te identificarás.

Pero, por si eso ocurriera, te quiero dar las gracias por existir.
Porque de alguna manera, mientras la imaginación me transporta a ese universo paralelo del ¿qué hubiera pasado si…? (What if…)
Me atormentas y me haces feliz al mismo tiempo.
Porque enciendes mi deseo, aunque éste no vaya a hacerse realidad jamás.
Mi imaginación lo hará real en ese rincón furtivo que antes nombre.

Ese rincón,
Ese lugar imaginario,
Donde saciamos nuestra sed,
Donde hacemos real nuestras fantasias,
Allí, donde no hay reglas, donde nadie juzga,
Donde todo es posible,
Donde no hay remordimientos,
Donde no existe la ética y la moral.
Donde tan solo somos y existimos,
Donde tan solo actuamos, mientras gemimos.

Donde no existe la ansiedad, porque ya quedo saciada.

Así, sin mas.

Como el suspiro que yace en el aire, tras el orgasmo al que llegamos unidos.

 

yp

Categories: confesiones reflexiones

Isabel Montse

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