Cada vez pasa mas tiempo desde que mi mente se para a reflexionar sobre la vida, las circunstancias, el tiempo de una manera profunda. Supongo que el ir haciéndome mayor sumado a las miles de distracciones a las que nos enfrentamos hoy día, tienen algo que ver, bastante de echo, o al menos eso creo.
Soy una persona con prisas de conseguir cosas, la constancia es un mal mayor en la trayectoria de mi vida, la carencia de disciplina mi mayor defecto. Si, puedo culpar a mi educación, por supuesto, puedo culpar a mis padres, a mi infancia, a mi pubertad, a los amigos que me rechazaron de pequeña y al haber sido una niña consentida hasta que pude darme cuenta que con tantas comodidades, jamás llegaría a nada en la vida.
Supe salir del nido, pero todavía aun, tras años trabajando, independiente, sigo queriendo luchar por mis sueños, sabiendo cuales son los puntos a seguir y sin tener la suficiente fuerza de voluntad para ponerme de pie y decir «hazlo» y hacerlo sin que miles de excusas me vengan a la cabeza y me digan «después de esto» mientras que me entretengo con otra cosa y otra y otra.
Hay veces en las que me doy cuenta de que las personas que tienen técnicas como ir a la biblioteca o alguna lugar X, les pone en la acción de hacer algo, es como leer en el tren o caminar hablando por teléfono, o ducharme con música de fondo. Son cosas que no es obligatorio que las haga, pero forma parte de una rutina no programada que se convierten en parte de mi, entonces, yo me pregunto ¿por qué es tan difícil enfrentarme a otras rutinas que deberían marcar mi día a día? ¿Por qué nos tenemos una posición opuesta a lo que debemos? Comidas, ejercicio físico, orden y limpieza en casa… siempre encuentro excusas y otros quehaceres que aparentemente prefiero hacer, y luego cuando consigo realizar alguna de estas cosas me siento pletórica y me digo a mi misma: «Recuerda ésta sensación, conservarla y desea repetirlo» y luego se me olvida…
No sé… quizás sea demasiado complicada, o quizás simplemente tenga el instinto de superación y de realización estropeado, como esos cables que hacen mal contacto y necesitan ser reparados, sustituidos o yo que sé…
Lo peor es tener las respuestas a todas las preguntas y hacer como que nano las quieres oír, hasta que llega el día, días como hoy en los que la mente me hace reflexionar: ¿por qué soy así?¿por qué se fue de vacaciones la señora disciplina con la señora voluntad, constancia…
Al final me voy a tener que tatuar en la muñeca la palabra «disciplina» para acordarme de que debo conseguirla… pero… me temo que me perdí ese capitulo en la vida y seguir el argumento es difícil…
Espero que no sea imposible y pueda arreglar éste instinto… atrofiado…
Categories: reflexiones Uncategorized
Deja una respuesta