Confusos sentimientos son con los que me encuentro en éste momento, un tropiezo con una realidad que intuía que existía y que aun no me atreví a picar en la puerta.
«Dig, dong»
-Hola vida… venia a buscar una serie de propositos, pero hasta ahora no me atreví a enfrentarme a mi misma, mi mayor enemigo, mi pereza me dominaba, y siento que aun lo hace, «yo interior» ¿podrías ayudarme a ser lo que deseo ser?
-Por supuesto.. nunca nos hemos de decir no a nosotros mismos, somos capaces de hacer lo que queramos…
Es curioso como hace años te aconsejan un libro y de repente, yo, creyente del destino, me lo veo delante de mi y siento el impulso de echarle un vistazo… no pude evitar comprarlo, así como no soy capa de dejar de leerlo.
Tal ha sido la impresión, que estoy deseando terminar de leerlo para leerlo otra vez con el cuaderno al lado para seguirlo paso a paso…
El libro se llama «El monje que vendió su ferrari» y os lo recomiendo activamente… Todo el mundo que esté dispuesto a reencontrares consigo mismo y vencer a ese monstruo que tenemos en nuestro interior debería leerlo.
Hay que ser valiente, hay que «querer» y yo ahora quiero, conseguir mis sueños, mis metas y no dejar que sean tan solo un lejano deseo que espero ver caer del cielo…
Yo voy a llegar… lo sé… mirare allí estoy, desde mi futuro saludando y diciéndome «sigue así» ¿ves? Lo hemos conseguido, pero para ello tienes que caminar por el camino lento y disfrutar de cada piedra y de cada montaña que se interponga en tu camino, son las lecciones que te harán descifrar el mensaje final.
Es como un videojuego, sin pistas no hay piezas, sin piezas no hay puzzle.
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