En mis sueños tu recuerdo se hace eterno.
A menudo, en ocasiones, por momentos, vuelvo a desear tu cuerpo.
Acariciarte lento.
Querido blog de papel no impreso, qué he hecho.
Lo prometí, es una promesa pero no puedo evitarlo.
Es como un virus, como un contagio. Lo deseo.
Es como si quisiera mantener eterno el recuerdo de sus besos,
Es como si aun sintiera sus caricias en casa sueño.
Es como si aun quisiera volver a escuchar como me decía que le gustaba…
bueno, cosas mías…
Fue TAN intenso, en mayusculas, en cursiva, en negrita….
No hay formas de escribir lo que para mi fue.
Me encantaría tanto repetir…
Hablar y decirte envueltos en la oscuridad lo que me gusta de ti.
Apagar el silencio que te dí la noche en la que sucumbí ante tí.
No sé que será de nosotros, pero me encantaría besarte a ti y no a otro,
Aunque esto no lo sé, quizás sea solo por haberme dado lo que mi alma necesitaba,
Algo que en el pasado te hube negado…
Y ahora con creces te lo hubiera recompensado.
Hay Dios, si tu, mi dios misericordioso que me has inyectado con el fruto del pecado,
Por el deseo de tus bocados, de tus besos regalado, de tus caricias, que me han acordonado.
Mi cuerpo, tu cuerpo, el deseo, fundidos en aquel momento, tan tierno, tan intenso, tan lento, tan perfecto.
Es como si te hubiera transformado en la inspiración de mis sueños,
Eres hoy en quien pienso cuando me inquieto…
Necesitando de tus besos,
Y de las caricias que arden dentro…
Es un recuerdo tan intenso,
Que olvidarlo yo no puedo,
No podré, ni tampoco eso quiero.
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