Nunca fue bueno negar al alma sus impulsos. Negar a los impulsos, la posibilidad de expresarse. Nunca fue bueno reprimirse. Nunca lo fue, porque explotas, explotarás.
Nunca fue bueno parecer ser siempre bueno, ni tampoco adaptarse a la vida para ser aceptada, para evitar problemas, para no caer en discordia y generar una situación no deseada. No, nunca fue bueno. Pero siento que hay que hacerlo, aun sabiendo que no debería, que debería sentirme mas real. Porque a la larga, explotaré. Lo estoy sintiendo. Siento el tic tac, la bomba va a explotar. Mis pensamientos se cruzan, y siento las chispas. No, no es carencia de personalidad, no es cobardía, es un sentimiento que aun no tiene definición existente en el mundo. Es algo extraño, y lo siento. Y sé, que no es bueno.
Explotar. Resistirse a las situaciones, ser consciente de determinadas actuaciones. Ser consciente de lo que pasa, intentar evitarlo, intentar omitirlo, obviarlo, para vivir “esto” que llamamos vida, mas sencilla… es muy difícil. Vamos a explotar. Voy a explotar. Lo siento, y no quiero.
No es exagerado, pero está aquí, es palpable, es desagradable, ver como todo podría ser mas sencillo, mas adaptable, mas viable, y no se hace nada. Por verlo reflejado, y creer que no está ahí, que es tan solo un reflejo. El reflejo de un reloj, que hace tic tac, y muy pronto hará la bomba estallar… es tan raro, tan extraño….
Y entonces es cuando pecan justos por pecadores,
Por diferentes situaciones, con sus intenciones,
Y sus divisiones ante la adversidad,
Mientras funcionan por sus propios beneficios, “presuntos” beneficios, que no son legales, que no son leales al alma, y lo saben… y no hacen nada….
Explotarán. No sé que pasará luego, pero explotarán, y lo pueden evitar… pero no hacen nada… explotarán.
No sé puede contradecir al destino, nos castigará, y nos hará explotar.
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