Realmente, vetar al alma de la realidad, es cruel como ésta misma realidad de la que halamos.Cegar al alma ante la verdad, es como cruzar caminando por rosas con espinas afiladas, puede parecer precioso y divino el paisaje, pero pincha y duele, guardar la verdad en el alma, con una llave de oro y diamantes… duele no cruzarlo en el instante en el que la puerta se abre… duele y se parte, el mismo alma de la cual hable antes.
Líos, nudos, y enredos en ésta cabeza con la que me desespero, con ideas y proyectos que aun no sé sin son ciertos o siniestros, cruel verdad, cruel realidad, pareja que me llevaran hasta la verdad, esa a la que ansío llegar, tocar, palpar… y hasta el éxtasis llegar, aunque pueda haber llegado a caminar por ese río de espinas de rosas amarillas, blancas y enrojecidas…
Es tal la confusión, y tan inmensa la sensación de mi interior… que cesaré aquí mis palabras, para crear un orden, entre mi ser, mi yo y el alma.
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