A veces es necesario caer en el pozo del infinito, para descubrir que existe la luz.
A veces es necesario caer en el olvido para ser recordados por nosotros mismos. A veces es necesario llorar hasta la saciedad para saber que en lagrimas es imposible poderse ahogar.
A veces es necesario escuchar palabras que sabemos para creer que existe la paciencia, la creencia en nosotros y que estamos vivos. A veces es necesario abrir los ojos o cerrarlos para descubrir que somos igual de personas que el resto de la humanidad.
A veces es necesario encerrarse para saber que existen salidas.
A veces es necesario caer, para saber levantarse sola, o con mil manos, levantarse de igual modo.
A veces es necesaria la soledad, para saber que existimos como unidad…
A veces es necesario tener cosas necesarias y hay otras veces que no es necesario nada, aunque hayamos pensado que necesitamos de algo…
A veces es necesario encontrarse.
A veces es necesario ser encontrado, hallado, buscado…
A veces es tan solo necesaria una pincelada de tiempo en el reloj del desconcierto para encontrarnos dentro, y dibujar un nuevo paso que avance a contratiempo.
…y ver el final de la esquina, donde las paredes de resina no huirán despavoridas.
A veces tan solo es necesario invocar al infinito, para saber cuánto y cómo necesito lo que necesito.
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