Son tantas las palabras que me apetece regalarte…
Son tantos los gestos con los que quisiera acariciarte,
Son tantas las acciones que me gustaría acompañarte.
Es tal el deseo de besarte.
Es tal el deseo de perderme en tu cuerpo y enredarme,
Entre sabanas y aliento, y empaparme,
De tu olor, tu sudor, del amor, del calor.
Es tal la venganza del tiempo,
Sin saber qué habré hecho.
¿Merezco realmente esto?
Tener el placer de tenerte cerca,
Y a la vez tan lejos, para anular lo que siento.
Para no poder desahogar el alma,
Por las razones que como sangre, sobre mi derramas.
Son tantos los momentos,
En los que incrementa el sentimiento,
De tal manera que ni acierto a pensar.
De tal manera que solo puedo soñar.
En ese momento,
Sintiéndote dentro,
Sentirme morir rozando el firmamento.
Por tu piel,
Por la miel…
Es tal el deseo de ser tuya,
Que no se si resistiré…
Con tu mirada y su dulzura,
Tus caricias inoportunas,
Tu voz oxigenada de ternura…
No hay dudas.
Hoy a oscuras.
Y en la penumbra,
Querré de nuevo,
Ser toda tuya.
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