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Solía pensar…

Solía ser de ese tipo de personas incrédulas que pensaba que eso del amor era cosa de películas, que era no mas que una ficción que Hollywood se inventaba para mantener la ilusión, así como lo hacen los católicos con la religión.
Tener fé solía escuchar «algún día llegará»

Mientras tanto, aprendía a enamorarme de los pequeños detalles, de las cosas que me gustaban y me llenaban el alma, cantar, escribir, investigar, dibujar, hacer fotos leer, etc…

Conocía a personas que me ilusionaban y con los que al cerrar los ojos podía visualizar mi cuento de hadas, casi siempre mas bello en mi imaginación que en la realidad que me encontraba al abrir los ojos. Solía encontrar distancia ya fuera en kilómetros terrestres como en distancia entre el sentimiento y aquello que ha de sentirse igual para que la relación funcione. O al menos, eso fue lo que aprendí, como mencioné antes, a través de películas, ya fueran por televisión como por las películas que me contaban de su propia vida los seres humanos con los que frecuentaba conversaciones respecto al amor.

Fue entonces que antes de cumplir 30 años, apareció «el»
¿Quién? Pues fue poco a poco como fui consciente de que mi alma estaba preparada para comenzar algo, pero no sabía como iba a funcionar, pues mi cuerpo se hallaba totalmente adaptado al medio independiente que me había preparado con los años. Encontrar a «esa» persona y adaptarla a mi vida y a mis adicciones a mi «tiempo» no iba a ser fácil ¿Quien dice que las situaciones han de ser fáciles cuando queremos que sean las mejores? Si, muchos… pero realmente nadie lo debería de decir.

Fue entonces, que apareció el, y con el tiempo, fui eliminando esa inseguridad de que nuestro amor sería efímero, de que en pocos meses nos distanciaríamos y no nos adaptaríamos. Y aquí me hallo ahora, llevo varios días que aun no me puedo creer que esto siga funcionando a casi 1 año después de conocernos y empezar a ilusionarnos.

Tu sonrisa, tu mirada, el roce de tu mano, tu respiración, tus palabras y la manera en la que te mueves a mi lado, tanto metafóricamente como en la realidad que me regalas cada día.

Y eres tu, ese ser que me ha hecho aprender que hay cosas que pueden salir de los guiones de las películas y de las historias de la gente, y fuiste tu quien me enseñó que todo esto que creí no pertenecerme, podía ser mío y lo es.

Y espero sumar años y años, hacer que alma cada día brille mas, que tu mirada me siga enamorando como lo haces cada día que me regalas tus palabras, tu besos, todo aquello que me halaga.

Y no sé si he de decirte gracias, o un simple no te vayas, o simplemente pedirte que sigas siendo así y que sigas queriendo y alimentando mis sentimientos como lo haces. Gracias por haber sido tu, por ser tu, por ser conmigo, por quererme.

Solía pensar que esto jamás sería real…
Y mirame, aqui estoy… borracha de tí.

Desahogando en letras todo lo que hallo dentro de mi, porque me das tanto, que casi no cabe y reboza hasta caer en letras en éste perdido blog.

>CR<

Categories: reflexiones Uncategorized

Isabel Montse

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