Os voy a hablar de una historia imposible. Una historia donde personajes de cuentos distintos, fueron creados para protagonizar el mismo cuento.
Comienza un desafortunado día, las hojas de dos libros se desordenaron en el estudio del escritor, y dichos personajes, fueron separados.

De esa separación, nacieron historias que fueron impresas para el mundo, de un modo desordenado, pero aparentemente correcto.
Pero un buen día, alguien compro sendos libros, y jugando sin interés ni pretexto, y sin ningún motivo ni porqué, e incitado por una situación inexplicable, este lector decidió recortar las hojas de los libros, y desordenarlas entre ellas.
Casualmente, los personajes, en éste presunto nuevo desorden, protagonizaron una historia paralela, en la que empezaron a sentir como la fuerza del destino, donde el escritor creador, los hubo unido en un “había una vez” primitivo donde permanecían unidos en un final feliz.
Ambos estaban adentrados en su historia desordenada, de modo, que no alcanzaban a entender la energía que desprendía este nuevo orden de las páginas, presuntamente desordenadas, en ésta nueva historia que vivían.
Latidos dilatados y una respiración entrecortada era la rutina de cada día. Miradas deseosas de perderse en una eterna pasión, reinaban bajo el sol, mientras se sentían incapacitados en realizar la acción en lo que vivían ahora unidos. Una acción necesaria, por el destino real que les había unido.
Un destino real, que hasta hoy, los había separado.
Con la atracción vivida, un día, decidieron abrir una herida y dejarlo todo atrás. Volvieron a ordenar las hojas, como la imprenta había decidido, por el desorden infortuito del escritor.

Así pues, los personajes de un libro que nació y se separó en historias diferentes, continuaron su vida en unas páginas que realmente no le correspondían, con la certeza de que era así como debiera ser.
Pero aun hoy, cuando cierran los ojos, y en determinados suspiros, sienten la respiración del personaje perdido de su cuento real. Sienten como el alma se pierde en un cuento que no les pertenece… sienten algo que no saben explicar porque el destino decidió desordenar los capítulos y separarlos distintos.

Hoy solo la luna, escondida bajo las nubes de una noche eclipsada, conocerá su destino.
Si volverán a ser un libro unido, o separados en capítulos.

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Isabel Montse