La sensación de compenetración de las palabras, y la descoordinación mental que siento en mis actos cuando no se complementan a una realidad, que ya no está, me hace recordar la magia, idealizarla, recrearla en mis recuerdos.
La nostalgia irreal, de algo que se va, me hace incrementar el poder de las miradas, de las caricias, del olor.
Melancolía de vivir ésta vida, que no es mía, es tuya, nuestra, de los que se fueron, los que se van, y los que vendrán.
Recuerdos, adiós, besos, y magia.
Magia que dejas, magia que regalas, magia que se va.
Volverá.
La magia, nunca del todo se irá.
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