Mi vida hoy por hoy se resume en una palabra: Confusión.

Confusión de sentimientos, confusión de pensamientos, confusión de estabilidad, confusión emocional…

Confusión que me rodea y ahoga mis pensamientos, hasta perderme en una arboleda, en medio de la selva, acompañada por al oscuridad… con el único acompañamiento, del sonido del silencio, grillos sordos, pájaros ciegos.

Pensamientos con un vaivén, que no se ven, que no se aclaran, que no se van.

Incertidumbre y jaleo, en mi cabeza, y no preveo que puede suceder, como será el mañana que aun no puedo conocer.

Asfixiada por mi propia cobardía, por mi propia estabilidad, estar aquí, no estar, investigar y aceptar… confesar…

Debería considerar las opciones y cambiar, optar por avanzar, en lo personal y en lo más superficial, en mi personalidad, en lo laboral… pero no me atrevo, lo confieso…

Confieso no sentir, confieso que siento vivir una vida prestada, una vida atrasada… una vida que no me pertenece, una vida donde solo siento confusión, me ahogo, me pierdo, me enojo, lloro…

Una vida en la que mi cuerpo se niega a avanzar, mientras mi alma da golpes por hacerla despertar.

Una vida donde mis pensamientos se acomodan, mientras mis latidos luchan por sobrevivir… donde espero respirar, sonreír y suspirar por alcanzar la estabilidad, mi estabilidad.

Donde mis pensamientos, mi alma y mi cuerpo, y los latidos que siento, se encuentren en equilibrio, que no sea incierto, y donde me sienta dentro.

Donde la confusión, cambie su color.

Donde yo, me sienta yo.

Y a mi alrededor, mi alma vuele sin cadenas, libre y limpia, vuela y vuela.

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Isabel Montse